Vinos y licores

No deja de ser curioso que absolutamente todas las civilizaciones y culturas que se han dado en la tierra, con poquísimas excepciones condicionadas por el aislamiento y la consecuente falta de materia prima o, sobre todo por las prohibiciones religiosas, muy raras éstas, han encontrado siempre la manera de elaborar bebidas alcohólicas con casi cualquier vegetal que tuviesen a mano y fuese susceptible de ser fermentado. Prácticamente no hay excepciones. Está claro que gente como los habitantes de la isla de Pascua o los inuits lo tenían bastante más difícil porque difícil es extraer jugos fermentables de cuatro hierbajos pelados y líquenes o de la grasa de foca, pero más o menos todos se las han apañado.

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Sem, Cam y Jafet así de chulos tras secarse del diluvio

Ya cuenta la Biblia que Noé, que tenía mal beber, se puso más contento que unas pascuas con solo tomar un zumo de uvas que, siguiendo a la Biblia, no habría tenido ocasión ni técnica de fermentar y decantar en tan poco tiempo. A su hijo Cam le dio la risa floja y en represalia Yahvé castigó a su hijo Canaan y todos sus descendientes como si estos tuvieran culpa de algo, pero claro Dios no podía castigar a Cam después de haberlo requete-bendecido después de bajarse del arca y todo eso del arcoíris y el nuevo pacto con la humanidad. Vamos como lo de Bankia y los dineros para formación de Chaves y Griñán todo junto.

 

Torre de Babel en visión resnacentista

La torre de Babel en visión renacentista

El caso es que para cuando aquello de Babel el vino ya estaba inventado y cuando a los de la torre se les ‘lenguó la traba’ al repartirse por ahí ya se llevaron antes que nada las técnicas enológicas.

Claro que cada día hay más de esos que aseguran que a nosotros nos ‘fabricaron’ los extraterrestres (aunque compartamos un 98’5% de ADN con los chimpancés, gorilas y orangutanes y algunos prójimos hasta más del 120% al menos) y que esos padres fundadores marcianos, de Ummo o de Sirio que como Gilmamesh en Mesopotamia, Osiris en Egipto, Pekko en los países nórdicos, Esus y Kernunos entre los celtas, Shennong en extremo oriente o, sin ir más lejos Habis, aquí al lado, en Tartesos, que además de inventar la agricultura también prohibió que la nobleza trabajase, siendo esta quizás la única ordenanza milenaria que aún tiene vigencia.

Tomando un copazo en el planeta Ummo

Tomando un copazo en el planeta Ummo

Como decía curiosamente todos estos ‘sembradores  estelares’ se pusieron de acuerdo en la misma época para adiestrarnos en la agricultura y como arte indisociable de ésta, sin duda nos aleccionarían también en las maceraciones, fermentos y bebidas espiritosas que no por ser marcianos iban a dejar de empinar el tentáculo de vez en cuando.

Cierto que sería curioso poder paladear un vino marciano (ahora que sabemos que en Marte hay agua líquida), tal vez un licor Jupiterino o un tequila de Mercurio donde en su zona de transición debe haber una temperatura idóneapara el cultivo del ágave ‘a los rayos gamma azucarados’ realmente delicada.

Así cada cultura,de mayor o menor importancia encontró la manera de producir bebidas alcohólicalas pero no pasando estas de ser meros vinos. Para acalararnos, nosotros, los hispanohablantes y resto de europeos creemos que el vino se obtiene exclusivamente a partir de la uva,pero no es así, el vino prodece de cualquier extracto vegetal fermentado alcohólicamente y mas o menos filtrado o decantado a la vez que envejecido.

Racimos de uva verde

Racimos de uva verde

Quienes somos del área mediterrána tendemos a pensar que el vino es fruto exclusivo de la prensada de la uva, Pero vino también es el sake que es un vino de arroz,  la chica que se obtiene del maíz y alguna guarrería que mejor obviamos; vino es la sidra que es jugo de manzana fermentado como vinos son los que se hacen fermentando savia de abedul, botones florales o toda suerte de frutas y hierbas. La cerveza sin ir más lejos viene a ser un vino de cebada.

Para no perdernos digamos que entre hace unos seis mil o cinco mil años, por decir algo, en Mesopotamia y Egipto ya se comenzó a experimentar con los caldos de las vides pero fue en las sociedades circunmediterráneas donde las especies silvestres de la vid mediante una selección dirigida, al igual que con otras plantas o animales, se domesticó a la vid llegando así desde la vitis sylvestris a la vitis vinífera que es la que tantos placeres o jaquecas nos da. Se tienen clasificadas más de

Símbolo celta

Símbolo celta

ochocientas especies de vides atendiendo a sus colores, propiedades, épocas de recolección o lugares donde se desarrollaron. Por cierto que se cree que el nombre del género vitis lo habrían tomado los romanos del celta ‘gwid’ o wid’ que viene a significar ‘el mejor de los árboles’. Amén.

Como esto de las vendimias, el pisado de las uvas, los primeros mostos y esas cosas ya se han institucionalizado  y han pasado del trabajo duro al folklore oficial de ayuntamientos, mancomunidades y denominaciones de origen con moscardeo de políticos, famosos de medio o ningún pelo, selfies y fotos de familia, nos saltaremos estos procesos por sobradamente conocidos y porque hoy todo se desarrolla de forma mecanizada, desde la cosecha de los racimos, su prensado y despalillado y la crianza en cubas de acero inoxidable con la temperatura exactamente controlada.

Francisco J. Aute

El primer mosto

El primer mosto

Romanos preparando el cachondeo futuro Foto: ArteHistoria
Romanos preparando el futuro cachondeo

Foto: ArteHistoria

 

El aguardiente de Cazalla (el arte de alambicar las sierras)

– Vino es el de pitarra y vino bueno

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